Tarta desnuda de vainilla y fresones

Me encantan las fresas pero me cuesta encontrar fresas ricas ricas y dulces. Siempre que paso por una frutería nueva me pido un cuarto y termino tirando la mitad porque están hechas polvo. Da igual si son caras, baratas, es siempre una lotería. Sin embargo el otro día en la frutería de la esquina tenían una caja de esas gigantescas de 3 kg por sólo 3 euros y fueron las mejores fresas que he conseguido hasta ahora. Dulcísisimas y todas aprovechables.

Así que me dije, tengo que hacer esa tarta en la que siempre pienso y que hasta ahora nunca había hecho. Y no sería por la dificultad, porque vamos, más fácil imposible, y sencilla y bonita:


Tarta desnuda de vainilla y fresones.
para un molde de 15 cm de diámetro.


 La masa:

190 gramos de harina
200 gramos de azúcar
1 1/2 cucharadita de levadura química
125 gramos de mantequilla en pomada
1 cucharadita de aroma de vainilla líquido
2 huevos L
130 gramos de leche entera

Precalentamos el horno a 150º arriba y abajo sin ventilador.

Primero batimos los huevos y le añadimos la leche y la vainilla, reservamos.
En una batidora de varillas o en una procesadora o vaso con cuchillas (incluso en Thermomix) colocamos harina, azúcar y levadura. Batimos a velocidad baja y echamos poco a poco la mantequilla. Cuando se hayan formado gránulos, echamos los ingredientes líquidos en 3 veces, de forma que se integre bien y no nos salgan grumos. Batimos lo justo hasta que sea una masa homogénea.

Vertemos en un molde enmantecado y enharinado de 15 cm de diámetro y horneamos a 150º durante 50-55 minutos.

La crema de queso:

125 gramos de mantequilla en pomada
250 gramos de queso Philadelphia
300 gramos de azúcar glass
1 cucharadita de aroma de vainilla líquido

Batimos con batidora de varillas la mantequilla con el azúcar glass a velocidad baja, cuando se haya unido subimos la velocidad y batimos durante unos 3 minutos hasta que se vuelva una crema esponjosa. Bajamos la velocidad y le echamos poco a poco el queso, que se integre bien. Una vez esté todo el queso incorporado, echamos la vainilla y batimos a tope 5 minutos.


El almíbar:

100 gramos de azúcar
100 gramos de agua
Opcional Brandy

Ponemos a hervir el azúcar con el agua sin remover. Dejamos hervir unos 4 minutos a fuego medio alto. Retiramos y si nos apetece y sin escatimar, que si no no tiene gracia, echamos el Brandy.

Cómo armar la tarta:

Separamos en bizcocho en tres capas iguales. Bañamos generosamente cada una con almíbar y colocamos un trozo de bizcocho, crema, fresones troceados, otro trozo de bizcocho... y terminamos con la crema encima y el fresón más bonito.


Esta es una tarta que hay que comer sobre la marcha, porque se nos va  a secar si la dejamos de un día para otro. La solución es guardarla en la nevera cubierta con un film, al menos en las paredes.

Super sencilla, super rica, super veraniega y super fácil para llevar de picnic.
 

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Cupcakes de Fresas con Albahaca

Hace años fui a cenar a Fifteen, el restaurante de Jamie Oliver en Londres y pedí de postre Panacotta de albahaca (lo más raro de la carta lo pido yo) y bueno... me quedé en éxtasis. aquello era maravilloso. En realidad no es tan descabellado, si usamos la menta en los postres ¿Por qué no la albahaca?. 

Desde aquel día tuve constantemente el run run en mi cabeza. Hice la panacotta, que estaba muy rica pero le había dejado los trocitos de albahaca picada y no quedaba bien que se notaran. Así que sabía que para la próxima había que colarlo bien. El sabor era tan rico que supe que tenía que convertir aquello en un frosting para cupcakes. 

Y por fin lo hice esta semana!!! Es super fácil y tan rico que quita el sentido. La combinación con fresas es perfecta, es fresquito y lo mejor es que sorprende. A los conservadores no les digáis lo que es, que si no no lo van a probar. 





Cucpakes de fresas con albahaca para 12 cupcakes.


200 gramos de azúcar
200 gramos de harina de repostería sin levadura
1 cucharadita de polvos royal
1/2 cucharadita de bicarbonato
fresas en puré (80 gramos de puré que son como unas 10 fresas)
60 gramos de leche entera temperatura ambiente
1 cucharadita de aroma de vainilla
125 gramos de mantequilla temperatura ambiente
2 huevos L

Tamizamos harina y levaduras, reservamos. 
Mezclamos leche con fresas y vainilla, reservamos.
Batimos a velocidad alta con varillas mantequilla con azúcar hasta que blanquee, bajamos la velocidad y añadimos los huevos uno por uno. 
Le echamos a la mezcla de mantequilla la harina reservada (para esto bajamos la velocidad al mínimo y ya no la subimos más hasta el final), e intercalamos con la mezcla de fresas. En cuanto esté todo integrado dejamos de batir. 

Llenamos nuestro molde de cupcakes con sus respectivas cápsulas de papel hasta acabar con toda la masa. Dará para 12. Horneamos a 170 º sin ventilador arriba y abajo durante 20 minutos.

Frosting de Albahaca:

120 gramos de leche
medio manojo de albahaca
125 gramos de mantequilla
125 gramos de queso Philadelphia
250 gramos de azúcar glass

Hacemos una infusión con la albahaca en leche, a fuego medio. Luego bajamos el fuego al mínimo y lo dejamos así media hora. Colamos, apretando las hojas para que saquen todo su jugo y reservamos hasta que enfríe.

Batimos con varillas mantequilla con 3 cucharadas de infusión de albahaca durante 1 minuto.  Añadimos el azúcar glass y batimos a velocidad alta durante 5 minutos, cuando sea una crema esponjosa, echamos el queso Philadelphia poco a poco y a velocidad baja. Una vez esté integrado volvemos a batir a tope durante 5 minutos y ya está listo.

No dejéis de probarlos!! son realmente exquisitos!

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Cupcakes de plátano con dulce de leche

No existe combinación más perfecta para un cupcake. Es dulce sí, el que quiera un cupcake light debe huir de esta receta. Para el invierno es perfecto porque además lleva un jarabe de dulce de leche con un poquito de alcohol para darle un sabor especial. Es opcional, así que si hay niños, fuera jarabe.

Es un cupcake realmente rico, pero lo mejor de todo es el olor a plátano caramelizado que deja en la cocina. 


Cupcakes de plátano con dulce de leche

Para 12 cupcakes:

Para el bizcocho

150 gramos de mantequilla derretida y fría
150 gramos de azúcar glass
150 gramos de harina
2 cucharaditas de levadura química (Royal o similar)
2 huevos
2 plátanos maduros

Precalentamos el horno a 170º. 
Hacemos un puré con los plátanos.
Batimos la mantequilla con los huevos. 
Mientras, tamizamos la harina y la levadura y le añadimos el azúcar glass. Echamos los ingredientes secos a la mantequilla, batimos a velocidad mínima hasta que se integre todo. Por último añadimos el puré de plátano. Batimos unos segundos más y rellenamos las cápsulas de cupcakes hasta 2/3 de su capacidad. Horneamos 20 minutos aproximadamente.

Para el Frosting:

100 gramos de mantequilla en pomada 
100 gramos de queso Philadelphia
1 tapón de vainilla
200 gramos de azúcar glass

Batimos con varillas la mantequilla con el azúcar. Cuando llevemos 5 minutos echamos poco a poco y a velocidad baja el queso Philadelphia. Una vez que esté todo integrado echamos el tapón de vainilla y batimos a velocidad alta otros 3 minutos.  Ojo, que nos se nos pase porque puede quedarnos muy líquido. Colocamos el Frosting enseguida en una manga pastelera, yo usé una boquilla redonda.

Para el sirope de dulce de leche:

Brandy
2 cucharadas de Dulce de leche
70 ml de nata líquida para montar
una nuez de mantequilla

En un bol para microondas echamos un chorrito de Brandy, 2 cucharadas de dulce de leche, la nata y la nuez de mantequilla. Calentamos 1 minuto, pasado ese tiempo sacamos el bol, mezclamos los ingredientes y volvemos a calentar otro minuto. 

Dejamos enfriar y formamos nuestro cupcake.

Para armar el cupcake:



Hacemos un agujero con cuchillo o descorazonador en nuestra magdalena de plátano. rellenamos con una buena cucharadita de dulce de leche, no escatimemos que si no no se nota.  Tapamos la magdalena con el trocito de bizcocho. Cubrimos con el Frosting de queso y echamos el sirope por encima.

Espero que os guste!





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Como hacer una Candy Bar

La Candy Bar lleva pocos años en nuestro país, pero en el resto del mundo está implantada desde hace varios. Lo que pasa es que en España somos más de pulguita de chorizo que de macaron y claro, esta mesa dulce se hace un pelín empalagosa, pero la verdad es que llena de vida las fiestas y siempre triunfa.


Al principio la Candy Bar era un carrito de chuches, pero en los últimos años se fue volviendo más sofisticada y ahora las chuches sólo deberían complementar a un sinfín de postres artesanales, bonitos, homogéneos y deliciosos.



El nombre más correcto sería Dessert table, que es la mesa de postres de toda la vida. En Estados Unidos, Inglaterra, Argentina o Portugal durante la boda está, esperando en una esquina, la mesa de postres con tartas de diferentes sabores y todo tipos de manjares empalagosos.



Las clásicas eran bastante eclépticas, una tarta de limón por aquí, una de manzana por allá, una Selva negra que le gusta a la abuela... pero gracias a gurús como Amy Atlas, la heterogeneidad dio paso a la armonía. En sus mesas todo es impoluto, divertido, requetepensado y coqueto.



Para hacer una Candy Bar hay que seguir los siguientes pasos:

Definir un tema. ¿Para quién es esto? ¿Es para un niño? ¿Para una despedida de soltera? ¿Para una boda? ¿Es primaveral? ¿Necesitaremos una tarta con forma de R2D2 para este par de frikis? Todo eso tiene que estar super pensado. Y a partir de ahí, tenemos que decidir los colores, la cartelería, los fondos y los complementos que nos van a ayudar a diseñar nuestra mesa.



¿Cuántos invitados? Generalmente para una Candy Bar hay que calcular que cada invitado comerá 3 piezas. Pero por ejemplo si son 150 invitados no hay que hacer 150 cupcakes iguales. No todos van a comerse un cupcake. Si hay 150 invitados, lo normal es que haya unas 450 piezas. Entre galletas, cakepops, porciones de tarta, cupcakes, donuts, bolsas de palomitas...



¿Qué tengo en casa? Hay que ir al aparador (de nuestra madre si es posible) y empezar a sacar, a ver qué tenemos por aquí. Y decidimos qué bandejas, platos y jarras nos pueden servir. En tiendas como Casa, Butlers, Pórtico o Ikea hay soluciones super económicas. Por 14 € encotraremos un porta cupcakes de 3 pisos, pedestales para tartas... y en Maison du Monde hay monerías un poco más caras pero que pueden marcar la diferencia. También podemos comprar online en Cosas con encanto o en My home Style.


Es importante hacernos con bomboneras de cristal de diferentes tamaños que nos van a servir para que nuestra mesa quede espectacular. Y ya si queremos tirar la casa por la ventana, necesitaremos este maravilloso disepensador de limonada.



El mantel. Es conveniente que el mantel llegue hasta el piso. Hay sitios que alquilan manteles que encajan perfectamente con la mesa. Es una buena solución comprar tul, fruncirlo y colocarlo como un volante a lo largo de la mesa con cinta de doble cara o velcro. Esto nos viene muy bien si queremos cambiar colores. 


Altura y Simetría. A mí me han salvado la vida unos mini estantes de Ikea blancos que casi ni se ven y sirven para elevar por ejemplo una tarta. Pero esto se soluciona apoyando nuestros platos en cajas bonitas o forradas de papeles o telas que combinen con el mantel. Cuanto más arriba lleguemos con nuestros dulces más mona se verá la mesa y más visibilidad tendrán todos nuestros productos.


Los dulces. Una Candy Bar debe tener nubes, chuches o caramelos de colores similares. Tartas, cupcakes, cakepops, galletas decoradas, macarons de colores, donuts, brownies, bolsas de palomitas, incluso puede tener medias noches o sandwiches salados sobre todo si estamos hablando de un cumpleaños infantil. Eso sí, todo tiene que ser además de rico, muy bonito, porque se trata de que entre por los ojos. Una vez que hayamos decidido el tema y el color, hagamos una lista de qué necesitaremos de cada postre. ¡No improvisemos! porque si no será todo más lento. Si hemos usado azúcar rosa para las galletas utilicémosla también para los cakepops, organicemos todos nuestros ingredientes, bajemos fotos de internet que nos sirvan de inspiración y llevemos nuestro plan hasta el final.


Los detalles. Es fundamental que nuestra mesa tenga estilo. Podemos comprar un montón de detalles de cartelería y bolsitas en Delipapel, pajitas y botellas de leche vintage en My little party, cápsulas de cupcakes especiales, pasar por una mercería para llenar todo de lazos y más lazos, pompones en Maison Pom Pom y así iremos completando nuestra mesa para que quede espectacular.


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Margarita Bars

Margarita Bar vendría a ser una Barrita de Margarita, pero es demasiado ridículo. Lo malo es que no tenemos un diccionario gastronómico medio decente. Aquí llamamos a todo tarta, cuando hay una diferencia enorme entre un cake y un pie.

Ellos llaman a estas cosas Bars, pero para mí son más Brownies que otra cosa, porque son cuadraditos y sobre todo por la textura tan suave y tan blandita. La cosa es que llevan una base de masa quebrada que es lo que definitivamente los diferencia de los Brownies. Los más famosos son los de limón aunque ya se pueden ver de todos los sabores. Yo, para Acción de gracias, hago los de calabaza que están de muerte.

Esta receta surgió por una foto de Pinterest, como no. Dije "tengo que hacer esto, sea lo que sea". Y lo hice pero no del todo bien, porque es un Margarita, es decir está basado en el cocktail tan famoso, pero yo no tenía tequila. 

Como no me iba a comprar una botella entera decidí ir a algún bar cercano, que en mi barrio los hay cada dos metros, y pedir un chorrito. Así que ahí estaba yo, a las 12 de la mañana pidiendo un chupito de tequila por los bares de Madrid. Fue un tremendo fracaso porque por lo visto en Chamberí el tequila no lo trabajan, así que simplemente lo único que conseguí fue la fama de borracha.

Al final lo sustituí por Ron blanco y quedó espectacular. Cuando abres el horno aquello huele a alcohol a lo bestia pero luego sabe poquito, se queda al final un saborcillo amargo y picantón que le da un toque muy original.



Margarita Bars:

Preparamos con papel de horno un molde de 20 x 20 cm. Precalentamos el horno a 180º.

Para la masa:

130 gramos de harina
80 gramos de azúcar glass
1 pizca de sal
115 gramos de mantequilla derretida

En una procesadora mezclamos todo hasta que se convierta en una masa homogénea. Cubrimos la base del molde con la masa y horneamos 15-20 minutos. Mientras, preparamos el relleno.


Para el relleno:

2 huevos ligeramente batidos
200 gramos de azúcar
2 cucharadas de harina
1/4 de cucharadita de sal
2 cucharadas de Tequila (yo Ron Blanco)
1 cucharada de Cointreau o licor de naranjas
2 cucharadas de zumo de lima (3 limas)
2 cucharaditas de ralladura de lima
colorante verde (opcional)
Azúcar glass para decorar

Mezclamos huevos, azúcar, harina, sal, tequila, Cointreau, zumo y piel de lima y colorante. 
Echamos el relleno sobre la masa y horneamos 20 minutos pero esta vez bajando la temperatura a 150º. Nada más sacarlo del horno lo espolvoreamos con el azúcar glass.

Esto con una nata montada por encima es, como diría mi madre, un poema de amor.



Espero que lo hagáis!

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Chocotorta

Hace muchos años, en Argentina, apareció un spot que revolucionó las cocinas. Fue uno de esos hitos televisivos con jingle pegadizo unión de dos marcas: un queso crema llamado "Mendicrim" y unas galletas de chocolate llamadas "Chocolinas", dos básicos que unidos con el tan famoso dulce de leche provocaron algo que no podía ser más que un clásico instantáneo: "La chocotorta".

Éste es el spot:




La gracia de la chocotarta es que debía ser fácil, tanto como para rellenar un spot de 30 segundos. Se mojaba la galleta, se cubría con una crema sencilla, piso a piso y voilá: La tarta más simple del mundo para todas esas madres jóvenes que no tenían tiempo ni ganas de pensar en levaduras.

Porque claro, esta tarta no lleva horno, así que hasta los niños pueden ayudar. Y lo más importante es que está exquisita. 

Aunque sea una tarta infantil lleva café. Es opcional, porque hay que mojarlas y podéis hacerlo en lo que os de la gana. La versión clásica baña las galletas en café con leche, la más adulta sólo en café y la mía en almíbar de café. La verdad es que para nada sabe a café, y si le ponéis descafeinado no hará daño a nadie. La cosa es que el café con el chocolate casa de maravilla. 

Las galletas chocolinas se pueden comprar en España en todas esas tiendas latinas que hay por los barrios. Si no las encontráis siempre podéis comprarlas en la red y si no ponerles las galletas que encontréis, hasta con María quedaría riquísima. ¡Incluso con Oreos!

La crema clásica lleva dulce de leche mezclado con queso crema (Philadelphia, Día...) en una proporción que lleva más dulce de leche que queso, pero eso va por gustos, podéis improvisar, hasta una proporción de 50/50. Y mi receta lleva además Nutella.

Si rellenamos el molde con papel de horno luego la podremos desmoldar fácilmente para dejarla bonita. Si tenemos un molde sin base desmoldaremos mejor y siempre podemos servirla directamente con la fuente a cuestas, si es transparente se verá la tarta. No hay problema. Que es fácil, que no hay que sufrir.



Chocotarta

Ingredientes: (para un molde cuadrado de 20 x 20)

4 paquetes de galletas de chocolate
250 gramos de queso Philadelphia
Un bote de dulce de leche
Un bote de Nutella (200 ó 250 gramos)
150 ml de café (agua + café)
150 gramos de azúcar

Hacemos un almíbar de café con 150 gramos de café y 150 gramos de azúcar. Que hierva unos 10 minutos a fuego suave. 
Dejamos templar. 
Batimos con varillas manuales el queso, el dulce de leche y la Nutella.
Cogemos un molde y directamente vamos colocando las galletas. Bañamos las galletas una por una en almíbar y colocamos en la base. De forma que toda la base quede cubierta. Algunas galletas las cortaremos para que se forme un puzzle perfecto. Echamos una capa de crema que cubra toda la superficie del molde. No mucho, de 1/2 cm de profundidad. Repetimos la operación. Llenamos el molde hasta arriba, como una lasaña. La capa de arriba lleva crema. Se puede espolvorear con chocolate en polvo, virutas, confetti... lo que tengáis a mano.

Llevamos a la nevera 24 hs. A ver, si estamos impacientes podemos comerla, pero con una noche entera en frío será mucho más rica.

¿A que es super sencilla? ¿La vais a hacer?

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Cupcakes de Mandarina

Bueno, oficialmente es primavera! Se acabaron las lluvias interminables, ahora llegan los estornudos y pasado mañana el calor infernal. Yo soy más otoñal que veraniega pero he de reconocer que la lluvia me hartó. Estoy deseando preparar un picnic en el parque del Oeste antes de que haga el calor suficiente para derretir un cupcake.

Mientras, aprovechemos y hagamos cupcakes frescos y primaverales, como estos de mandarina con Cointreau.


Ésta es una receta un poco complicada, pero sólo un poco. La complicación puede obviarse porque hay varios detalles que son opcionales. Por ejemplo, lleva licor. Yo le puse Cointreau, que es licor de naranjas, si no tenemos pues nada, no se va a notar.

También hay que hacer un almíbar ligero para caramelizar un poco los gajos de mandarina que sirven de adorno, pero vamos, que si no queremos hacer almíbar no importa, que sin gajos y ya está. 

Esta receta lleva un yogourt griego y cuando lo fui a comprar me encontré con un nuevo yogourt griego de Danone que es de cítricos. Me pareció estupendo y lo hice con ese, quedó rico rico. Pero podéis poner cualquier yogourt. 


La receta es para 12 cupcakes pero ojo, os sobrará para dos más, no hagáis lo que hace mi madre que es gastar toda la masa porque sí que aquí no se tira nada. No. La cápsula se llena hasta 2/3 ni un milímetro más que va a crecer. Si sobra masa, pues a esperar y a hacer otro después.

Cupcakes de Mandarina

190 gramos de harina (yo recomiendo Aragonesa Bizcochos de Mercadona, no necesita levadura, si usáis harina normal añadid 1 cucharadita de levadura química)
200 gramos de azúcar
2 huevos
100 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
1 yogourt griego cítricos Danone
1 cucharada de licor de naranjas (opcional)
La piel rallada de 4 mandarinas

Tamizamos la harina con la levadura, reservamos.
Batimos mantequilla con azúcar y ralladura de mandarina hasta que blanquee, añadimos los huevos uno a uno y el licor, seguimos batiendo. Incorporamos poco a poco la harina, podemos hacerlo fuera de la batidora. La mezclamos a la masa con movimientos envolventes. Por último echamos el yogourt y seguimos batiendo a mano suavemente.

Llenamos las cápsulas de cupcakes hasta 2/3 de su capacidad. Hormeamos a 180º sin ventilador, arriba y abajo. Estarán listos cuando estén doraditos. Unos 15- 18 minutos.


Crema de queso y mandarina

200 gramos de Philadelphia a temperatura ambiente (por dios que no sea light)
250 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
ralladura de 2 mandarinas
500 gramos de azúcar glass super fina
1 tapón de aroma de vainilla

Batimos el queso Philadelphia con varillas, reservamos.
Batimos con varillas la mantequilla junto con el azúcar y la ralladura de mandarina. Cuando se una, echamos la vainilla. Batimos a tope de velocidad unos 5 minutos. Cuando la crema esté suavecita echamos poquito a poco el philadelphia. 

Batimos unos dos minutos más a velocidad media. No batamos de más que se nos puede quedar líquido. 

Si la crema de queso se nos quedara difícil de manejar con manga, la metemos en la nevera una hora. 

Y ahora viene lo complicado. Cogemos una sartén ponemos 50 gramos de azúcar y 50 gramos de agua, lo llevamos a fuego medio unos minutos (que hierva unos dos minutos). Cuando esté formado el almíbar ligero echamos los gajos de mandarina y los dejamos al fuego otros 5 minutos.

En este momento, mientras los gajos se caramelizan, podemos echar un chorretón de Cointreau que nunca está de más.


 ¡Espero que os haya gustado!



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