La Candy Bar lleva pocos años en nuestro país, pero en el resto del mundo está implantada desde hace varios. Lo que pasa es que en España somos más de pulguita de chorizo que de macaron y claro, esta mesa dulce se hace un pelín empalagosa, pero la verdad es que llena de vida las fiestas y siempre triunfa.
Al principio la Candy Bar era un carrito de chuches, pero en los últimos años se fue volviendo más sofisticada y ahora las chuches sólo deberían complementar a un sinfín de postres artesanales, bonitos, homogéneos y deliciosos.
El nombre más correcto sería Dessert table, que es la mesa de postres de toda la vida. En Estados Unidos, Inglaterra, Argentina o Portugal durante la boda está, esperando en una esquina, la mesa de postres con tartas de diferentes sabores y todo tipos de manjares empalagosos.
Las clásicas eran bastante eclépticas, una tarta de limón por aquí, una de manzana por allá, una Selva negra que le gusta a la abuela... pero gracias a gurús como Amy Atlas, la heterogeneidad dio paso a la armonía. En sus mesas todo es impoluto, divertido, requetepensado y coqueto.
Las clásicas eran bastante eclépticas, una tarta de limón por aquí, una de manzana por allá, una Selva negra que le gusta a la abuela... pero gracias a gurús como Amy Atlas, la heterogeneidad dio paso a la armonía. En sus mesas todo es impoluto, divertido, requetepensado y coqueto.
Para hacer una Candy Bar hay que seguir los siguientes pasos:
Definir un tema. ¿Para quién es esto? ¿Es para un niño? ¿Para una despedida de soltera? ¿Para una boda? ¿Es primaveral? ¿Necesitaremos una tarta con forma de R2D2 para este par de frikis? Todo eso tiene que estar super pensado. Y a partir de ahí, tenemos que decidir los colores, la cartelería, los fondos y los complementos que nos van a ayudar a diseñar nuestra mesa.
¿Cuántos invitados? Generalmente para una Candy Bar hay que calcular que cada invitado comerá 3 piezas. Pero por ejemplo si son 150 invitados no hay que hacer 150 cupcakes iguales. No todos van a comerse un cupcake. Si hay 150 invitados, lo normal es que haya unas 450 piezas. Entre galletas, cakepops, porciones de tarta, cupcakes, donuts, bolsas de palomitas...
¿Qué tengo en casa? Hay que ir al aparador (de nuestra madre si es posible) y empezar a sacar, a ver qué tenemos por aquí. Y decidimos qué bandejas, platos y jarras nos pueden servir. En tiendas como Casa, Butlers, Pórtico o Ikea hay soluciones super económicas. Por 14 € encotraremos un porta cupcakes de 3 pisos, pedestales para tartas... y en Maison du Monde hay monerías un poco más caras pero que pueden marcar la diferencia. También podemos comprar online en Cosas con encanto o en My home Style.
Es importante hacernos con bomboneras de cristal de diferentes tamaños que nos van a servir para que nuestra mesa quede espectacular. Y ya si queremos tirar la casa por la ventana, necesitaremos este maravilloso disepensador de limonada.
El mantel. Es conveniente que el mantel llegue hasta el piso. Hay sitios que alquilan manteles que encajan perfectamente con la mesa. Es una buena solución comprar tul, fruncirlo y colocarlo como un volante a lo largo de la mesa con cinta de doble cara o velcro. Esto nos viene muy bien si queremos cambiar colores.
Altura y Simetría. A mí me han salvado la vida unos mini estantes de Ikea blancos que casi ni se ven y sirven para elevar por ejemplo una tarta. Pero esto se soluciona apoyando nuestros platos en cajas bonitas o forradas de papeles o telas que combinen con el mantel. Cuanto más arriba lleguemos con nuestros dulces más mona se verá la mesa y más visibilidad tendrán todos nuestros productos.
Los dulces. Una Candy Bar debe tener nubes, chuches o caramelos de colores similares. Tartas, cupcakes, cakepops, galletas decoradas, macarons de colores, donuts, brownies, bolsas de palomitas, incluso puede tener medias noches o sandwiches salados sobre todo si estamos hablando de un cumpleaños infantil. Eso sí, todo tiene que ser además de rico, muy bonito, porque se trata de que entre por los ojos. Una vez que hayamos decidido el tema y el color, hagamos una lista de qué necesitaremos de cada postre. ¡No improvisemos! porque si no será todo más lento. Si hemos usado azúcar rosa para las galletas utilicémosla también para los cakepops, organicemos todos nuestros ingredientes, bajemos fotos de internet que nos sirvan de inspiración y llevemos nuestro plan hasta el final.
Los detalles. Es fundamental que nuestra mesa tenga estilo. Podemos comprar un montón de detalles de cartelería y bolsitas en Delipapel, pajitas y botellas de leche vintage en My little party, cápsulas de cupcakes especiales, pasar por una mercería para llenar todo de lazos y más lazos, pompones en Maison Pom Pom y así iremos completando nuestra mesa para que quede espectacular.